Hasta
50 por ciento de ahorro con un carro a gas
Un
vehículo a gasolina exige el doble en dinero para
recorrer la misma distancia. Recomendaciones para aprovechar
al máximo los beneficios de la conversión.
En cuanto
al rendimiento del vehículo se puede analizar este
ejemplo: un taxi gasta cinco galones en un solo turno, equivalentes
a 32 mil pesos de gasolina y 16 mil en gas. Si multiplica
esa suma por 25 días, al conductor y al dueño
del taxi a gas les quedan más de 500 mil pesos de
ganancia adicional.
Así
es, además de ser la opción más viable
en cuanto al cuidado y la preservación del medio
ambiente, el ahorro que ofrece el gas natural frente al
combustible líquido puede ser de hasta un 50 por
ciento.
Además,
Bogotá cuenta con unas 100 de las cerca de 300 estaciones
de servicio de todo el país, lo que hace que tanquear
sea muy fácil.
En la
actualidad, la conversión a gas para un vehículo
promedio cuesta alrededor de 2 millones 500 mil pesos, de
los cuales 700 mil en promedio son subsidiados por el estado.
Es importante
tener en cuenta la seriedad del taller donde se realice
la conversión ya que para que un taller de conversión
a gas pueda funcionar como tal, no solo requiere el aval
de las empresas certificadoras, como Icontec, sino también
técnicos especializados y equipos idóneos
que permitan realizar un trabajo rápido y seguro.
En Colombia
hay cerca de 30.000 carros que funcionan con gas natural
y la meta del Gobierno es lograr la conversión de
un total de 40.000 antes del 2010.
Sin embargo,
es importante decir que el sistema requiere un mantenimiento
periódico (dos veces al año) para detectar
esas fugas a tiempo. Eso sí, la revisión la
deben hacer mecánicos expertos, que saben cómo
manipular las piezas con seguridad.
Revise
su vehículo antes de la conversión
Es importante
saber que el secreto de una buena instalación de
gas natural vehicular no solo radica en la idoneidad del
taller, la calidad de los equipos, la experticia de los
mecánicos y el mantenimiento oportuno al sistema.
También es determinante el buen estado general del
vehículo al momento de realizar la conversión.
Según
expertos en el tema, así como el gas es 'agradecido'
con los motores, también les exige un estado general
óptimo en su sistema eléctrico, de combustión
y de refrigeración.
La razón:
a la hora de la combustión, el gas es un poco más
caliente que la gasolina. Si un carro está pasando
aceite, se recalienta más rápido de lo normal,
y si tiene gas, ese riesgo se acrecienta y daña más
rápidamente las culatas, los empaques y las válvulas,
y es ahí cuando el conductor dice que el gas le dañó
su carro.
Inconvenientes
como este motivaron al Ministerio de Minas, la Superintendencia
de Industria y Comercio, y a las entidades certificadoras,
como Icontec, BVQI y SGS, a exigir una revisión técnico-mecánica
previa, que despeje toda duda acerca de la idoneidad del
vehículo.
¿Cómo
es la instalación?
Cuando
un carro llega al taller autorizado para la conversión,
los técnicos especializados revisan el motor dan
el visto bueno para incorporarle el sistema de gas.
Una vez
instalado (la operación dura 24 horas, a lo sumo),
el mecánico certificador revisa que todo esté
en su punto y le añade al vehículo un chip
especial, sin el cual no se puede tanquear en ninguna de
las 298 estaciones de gas que tiene el país.
Ese chip
va conectado a una caja, que a su vez manda una señal
a una electroválvula del regulador del sistema para
dejar pasar el combustible. En un vehículo inyectado,
les manda una señal eléctrica a los inyectores
para que el motor funcione a través del regulador
del sistema, es decir, con gas, o a través de los
inyectores, si se quiere andar con la forma convencional,
es decir, con gasolina.
Esa operación
la realiza el conductor con tan solo accionar un interruptor
desde la cabina, como si se tratara del 'encendido' del
sistema de luces.
Por último
se realiza la certificación de la instalación
de gas natural realizada por el taller, que en los talleres
serios debe ser verificada, aprobada y certificada por el
Icontec. Con esto el vehículo ya podrá funcionar
y por ende transitar por donde lo desee, sin contaminar
y gastando la mitad de lo que consumiría en gasolina.
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